Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Institució "Milà i Fontanals". Departamento de Musicología.
Barcelona, 1997. 501 páginas.
El autor de la presente obra, investigador de la institución que la publica, ha dedicado una parte significativa de sus trabajos realizados durante los últimos años a la figura del compositor catalán Francesc Valls, considerado una de las cumbres del último barroco no sólo catalán sino hispánico en general gracias a su tratado Mapa Armónico y a sus obras realizadas desde el magisterio de la catedral de Barcelona.
El autor expone y argumenta, casi al principio de la introducción, las fases en las que se desarrolla su proyecto de investigación sobre la figura de Francesc Valls: una primera fase cubre aspectos que denomina filológicos y una segunda deberá cubrir en el futuro los de tipo hermenéutico e histórico. Una comparación rápida de este plan de trabajo con el índice del volumen y con la explicitación que figura en la misma introducción en el sentido de que "Entendí, pues, que el primer campo que tenía que trabajar era el filológico", revela ciertas fisuras en la concepción y realización de este volumen que dificilmente puede ser considerado un 'Monumento' -colección en la que se incluye- en el sentido que esta denominación ha tenido tradicionalmente en esta colección e institución. En efecto, este volumen no sólo versa exclusivamente sobre los temas que el autor denomina filológicos, sino que tampoco aparecen todos los que el autor se propone tratar.
En la primera parte el autor hace una biografía del compositor que incluye una puesta al día y una reinterpretación de toda la información e investigaciones anteriores, incluidos trabajos propios, fruto en gran medida de sus investigaciones en fuentes primarias conservadas en la Catedral de Barcelona. En este sentido resulta más evidente la reelaboración de materiales ya trabajados que la aportción de nuevas informaciones. Incluye además la relación de las obras que Valls donó a la Catedral, así como también de las obras publicadas. (La discográfica se reduce a dos versiones de la célebre Missa Scala Aretina y a una cantata).
Los capítulos segundo y tercero constituyen, respectivamente, aproximaciones al marco político y cultural de su magisterio en Barcelona y a las capillas de la catedral y del archiduque Carlos de Austria en su estancia en la ciudad condal.
El cuarto capítulo se dedica a lo que el autor llama "impresos musicales" contenidos en los fondos Bonsoms y Aguiló de la Biblioteca de Catalunya. Tales impresos no son estrictamente musicales ya que contienen los textos literarios de múltiples villancicos, oratorios, dramas sacros y otros géneros afines que se interpretaron en distintos puntos de Catalunya entre 1670 y 1800. Esta es la única parte del libro que tal vez permitiría entender -pero no aceptar sin reservas- que el autor haya puesto a su libro la primera parte del título -"La música en Catalunya en el siglo XVIII"-, ya que el resto de los capítulos versan estrictamente sobre la figura de Valls y su entorno más próximo.
El catálogo de estos 223 textos es una aportación interesante por cuanto que permite a Pavia identificar la producción de Valls entre las obras anónimas contenidas en los fondos de la Biblioteca de Catalunya y aportar -en unos casos- o sistematizar -en otros- múltiples informaciones sobre la interpretación y la autoría de otras tantas composiciones musicales religiosas de autores catalanes del siglo XVIII con textos en lengua vernácula. Su utilidad es aún mayor gracias a los múltiples índices que se acompañan.
En la introducción al capítulo titulado "Catálogo de las obras de F. Valls, según el RISM" el autor manifiesta que presenta 323 fichas de otras tantas composiciones guardadas en la Biblioteca de Catalunya. Pero también hace constar que ni se catalogan todas las contenidas en esta Biblioteca ni las contenidas en esta Biblioteca son las únicas que se conservan de Valls. Los archivos de Montserrat, Canet de Mar, Cervera, Tarragona, Vilafranca del Penedés o Manresa son algunos de los que contienen obras suyas y pueden aportar información para reseguir la difusión de su obra en Catalunya. El catálogo que presenta Pavía a lo largo de más de 100 páginas tiene un indudable valor desde el punto estrictamente catalográfico, especialmente por tratarse del primer catálogo publicado en España siguiendo estas normas, pero al mismo tiempo tiene todas las limitaciones de cualquier catálogo incompleto, pues no es ni de autor ni de fondo musical, ni parece tener unos límites que obedezcan a ningún criterio claramente especificado. Por otro lado en esta forma de catalogación, a nuestro entender, se hacen patentes al menos dos problemas: Uno se presenta al introducir un catálogo realizado en inglés -y que quizás las propias normas no permiten traducir a otros idiomas- en un volumen escrito en español. Un catálogo RISM puesto a disposición de la comunidad investigadora internacional en Internet seguramente debe estar en la lengua que se considere vehicular, pero la inclusión de este, sin modificaciones, convierte este libro en bilingüe. El otro problema es más profundo y se refiere a la optimización de los recursos limitados -del erario público casi exclusivamente- con los que cuenta nuestra investigación musicológica: ¿Hay que utilizar criterios catalográficos exhaustivos que nos permitan un conocimiento catalográfico excelente de una mínima parte de nuestro patrimonio, o hay que aplicar criterios menos exhaustivos que conduzcan a un conocimiento más superficial de un porcentaje mayor de nuestro inmenso patrimonio que aún está por estudiar para después realizar una catalogación exhaustiva priorizada que permita acceder con mayor rapidez a un conocimiento musicológico? ¿El conocimiento no archivístico sino estrictamente musicológico que permite una catalogación exhaustiva es mayor y/o mejor que con otro tipo de catalogación más rápida? Ante la sobriedad de medios y la atávica ausencia de coordinación de acciones, éste es un tema primordial que nuestra musicología aún no se ha planteado en profundidad y con amplitud e implicación verdaderas.
Completando esta visión filológica de la obra de Valls, el último capítulo contiene la edición crítica y transcripción de tres misas de las aproximadamente treinta que se le conocen y así amplía el repertorio de Valls que se halla ya a disposición de los investigadores. Pavía argumenta su decisión de centrarse en las misas como género (pero no la de centrarse en éstas en particular) ya en la introducción del presente libro. Seguramente no se le escapa que Francesc Bonastre, otro de los estudiosos del último barroco catalán, ha venido sosteniendo la teoría según la cual el laboratorio, el crisol de nuevas sonoridades y técnicas compositivas, el campo estilísticamente más avanzado y más interesante en la composición musical en el período que les ocupa habría sido el de la música en lengua vernácula, es decir, el de los villancicos, oratorios y dramas sacros, y no el de la misa. De hecho, Pavía busca sustento a su decisión relativa al estudio de un producto catalán o hispánico en un autor extranjero que no se distinguió por su conocimiento de nuestra realidad -Georgiades- lo cual no siempre da los mejores resultados. Habrá que esperar la publicación de la segunda fase de este estudio -que deberá contener el estudio comparativo que el autor considera parte integrante de este primer bloque filológico, así como la parte hermenéutica e historiogr·áica- para valorar la oportunidad de estudiar la música de Valls preferentemente desde el prisma de su producción litúrgica.
Se trata de tres misas de caractersíticas bien diversificadas: la primera es a dos coros (cantus, cantus, altus tenor; cantus, altus tenor, bassus) y órgano; la segunda también a dos coros y órgano pero con una distribución diferente de voces (cantus, tenor; cantus, altus tenor, bassus); y la tercera a dos voces en idéntica disposición que la primera y con acompañamiento instrumental de clarines y violines, además de los bajos correspondientes. Esta diversificación de escritura justifica hasta cierto punto la elección de estas tres obras, pero resulta incomprensible que en un volumen de estas caractersíticas se haya seleccionado una misa incompleta a la que la falta la voz aguda del primer coro.
En lo que se refiere a la transcripción, el transcriptor/editor da el íncipit de cada parte de la misa según la notación original como se acostumbra en este tipo de ediciones, si bien modifica los signos de las pausas con lo que el sistema pierde parte de su valor. En lo que se refiere a la distribución de las voces en la partitura general de la Missa Tu es Petrus agrupa todos los distintos bajos de esta música policoral en la parte inferior cuando habría sido más lógico disponer cada uno debajo del grupo vocal o instrumental al que sirve de bajo, ya que el sistema empleado oculta parte de esta lógica policoral. Parece poco eficaz para la lectura -seguramente más para el estudio- la alternancia de cifrados superiores e inferiores, y con o sin paréntesis que parece obedecer a la existencia o no de los mismos en el original. Lo mismo ocurre con algunas ligaduras que cubren sólo parte de las notas articuladas sobre una misma sílaba; ellas responden al mantenimiento de las ligaduras que constan en el original. Sin embargo, este rigor en el respeto por la grafía original no parece aplicarse de un modo comparable con los barrados de las corcheas. La tipografa, la disposición y el diseño utilizados son amplios y claros, pero el rigor filológico -parcial, como decimos, en algunos aspectos- entorpece un poco su utilidad como partitura que pueda satisfacer por igual a los distintos usos, especialmente al estudio y la interpretación como denominaciones genéricas de las más importantes. La posición expresada en la introducción según la cual "puesto que la grafía musical es la única imagen que poseemos de la realidad sonora de la música, se cuidará en la transcripción alejarse lo menos posible de la grafía original para no manipular el contenido musical" no está exenta de problemas que pueden fácilmente convertirla en una trampa.
Globalmente, se trata de otra contribución de Pavía al conocimiento de la vida y la obra de Francesc Valls que amplía, profundiza y completa las anteriores, pero que debe ser cuestionada en algunos aspectos. Como dijimos, ya el propio título presenta problemas de representación puesto que no se corresponde realmente con el contenido del libro y así aparece como una promesa no cumplida: la música en Catalunya en el siglo XVIII fue mucho más -cronológicamente, en cuanto a géneros, estilos y autores, geográficamente, etc.- que lo expuesto e incluso que lo referenciado en este volumen, circunstancia que seguramente no espcapa al conocimiento del autor. Este mismo problema se transmite a la articulación de los capítulos que aparecen en su conjunto como una visión poliédrica que integra puntos de vista diversos, algunos de los cuales discurren por cauces cuyas delimitaciones no siempre están plenamente justificadas o argumentadas, y que sólo parcialmente se interseccionan.
Por otro lado, es difícil aceptar la plena validez del planteamiento de este volumen que se sitúa en una óptica positivista pero sin cumplir uno de sus principios básicos consistente en la exhaustividad de la catalogación. Seguramente la aparición del/los volumen/es que deba/n dar continuidad a este primero permitirá realizar una evaluación global del presente volumen, confeccionado a base de captíulos hasta cierto punto estancos, que permiten grados de valoración muy distintos; permitirá también ampliar las bases reales de esta investigación para la posterior interpretación del fenómeno y de sus contribuciones inmediatas al avance de un conocimiento significativo sobre el tema.